martes, 26 de mayo de 2009

Se dejaba llevar


“Nacido en la frontera
entre lo que hay dentro
y lo que ves por fuera.
Crecí a medio camino
entre el ser mundano
y el poder divino.
Mi vida es esa canción
amiga de la luna.
Escrita en el corazón
para ahuyentar
la noche oscura.”


Antonio Vega. A medio camino.



Antonio estaba reconciliado con su legado y era consciente de que para la mayoría siempre sería el chico de la chica de ayer. Menos gracia le hacía el sanbenito de artista maldito que los medios y sus caritativos coetáneos (“Ese chico triste y solitario”) le habían endosado. Este malditismo no era una pose estudiada, sino la consecuencia del ostracismo al que había sido sometido por el show business. Los obituarios, los recopilatorios y las largas colas ante su féretro parecen más bien un lavado de conciencia colectivo de un establishment que sólo se acordaba de él para perpetrar revivals de la movida o para que los caritativos coetáneos pudiesen secuestrar sus canciones. Y es que a pesar de estar ya muy marchito, Antonio seguía siendo capaz de crear canciones inmarcesibles:




Antonio tenía una sobredosis de sensibilidad, que le hacía ver luchas de gigantes donde el resto sólo ve molinos. De ahí que se le tachase de outsider, de lobo estepario y que fuese menos popular que otros “artistas” de lirismo y/o compromiso de fabricación en serie.

Aquellos que han estado donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos sienten aun más su fragilidad en el mundo descomunal. Por eso a Antonio le daba miedo la enormidad donde nadie oía su voz y quizás por eso necesitaba escaparse del mundo descomunal dejándose llevar por las drogas.

“Me fue arrastrando la corriente,
allí donde no hacía pie.
Nada dura para siempre,
y para siempre dije adiós ayer.
Aguas tranquilas y rebeldes,
río profundo, llévame.
Como el cauce a la corriente,
sólo puedo dejarla correr”
(Para bien y para mal).


Antes de que se lo llevase la corriente, Antonio nos dejó un puñado de canciones amigas de la luna, para que podamos (intentar) ahuyentar la noche oscura. Gracias.